OKDIARIO en el hotel Le Mirage: así es el suntuoso fortín en el que se aloja Pedro Sánchez en Tánger
La seguridad en torno al complejo de lujo Le Mirage en Tánger es máxima
Le Mirage: el retiro de lujo en Tánger en el que también pasaban sus vacaciones González y Zapatero
Es un auténtico fortín. El lugar idóneo para todos los que, como el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, buscan seguridad y privacidad para sus quehaceres. Aunque sea a un precio de 1.500 euros la noche en una habitación para cuatro personas. Y no te dejan alojarte menos de tres jornadas seguidas. Por lo que la cantidad mínima que hay que abonar por una habitación en el lujoso hotel Le Mirage, en la playa de Achakkar, en Tánger, asciende a la friolera de 4.500 euros.
Los tonos blancos que predominan en los exteriores del complejo visten también las 45 villas que lo componen. Un número limitado de estancias que aún hace más exclusivas las instalaciones de Cabo Spartel, en la ruta de las Cuevas de Hércules. Todas las habitaciones se alzan sobre unas espectaculares vistas del océano Atlántico que baña esta parte de Marruecos.
Con más de un centenar de agentes vigilando el perímetro, varias entradas y salidas custodiadas por un mínimo de cuatro vigilantes y enormes puertas de hierro, el hotel elegido por Sánchez y su familia para pasar la primera parte de las vacaciones de verano deja con la boca abierta a cualquier curioso que se acerca a mirar el exterior. Porque entrar ya es otra cosa más difícil. Ni a los taxistas se les permite el acceso.
Cuando uno de los coches de color beige con la inscripción grand taxi en los costados llega a la majestuosa puerta, es obligado a detenerse en ella y a descargar todo el pasaje y el equipaje que lleva en su interior. Uno de los vigilantes pregunta rápidamente por la reserva antes de ordenar la apertura del gran portal que da acceso al paraíso, al que te acompañan con unos carros típicos de los campos de golf. Sin ella, te quedas fuera.
De lo que pasa en el interior pocos hablan. Todos los que van allí valoran precisamente eso, la discreción. En esta ocasión ha sido Pedro Sánchez el que se ha podido permitir este lujo, pero anteriormente lo habían hecho otros ex presidentes socialistas ya fuera de La Moncloa, como Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Hay otro VIP asiduo: el rey Mohamed VI.
El monarca alauí, pese a tener su palacio real en la ciudad de Tánger a un kilómetro escaso del complejo hotelero propiedad de un íntimo amigo suyo, siempre se queda en Le Mirage cuando visita la ciudad al norte del país. Antes era más habitual que pasase parte del verano en Tánger. Pero desde hace unos años ha cambiado la turística localidad bañada por el Atlántico por Tetuán, cuyas aguas del mar mediterráneo son más tranquilas y le permiten hacer su deporte favorito: ir en moto acuática.
Influencia española
Mohamed, un obrero que cambió la obra por el taxi, es de los pocos originarios de Tánger que han trabajado en Le Mirage. Su dominio del español, tras haber trabajado en Córdoba, le permitió hacerse con la confianza de Rafael, uno de los encargados del mantenimiento de las instalaciones. El complejo vacacional elegido por la familia Sánchez tiene una gran influencia española.
Según cuenta a OKDIARIO este profesional de las calles tangerinas, el propietario del hotel «únicamente contrata empresas y trabajadores españoles». A escasos kilómetros de Tarifa, la ciudad peninsular más cercana a Tánger, el empresario hotelero ha encontrado en España la calidad y la experiencia necesaria para acometer las reformas del lujoso hotel y levantar uno de características similares relativamente cerca.
«Como hermano del Rey»
Nuestro guía durante unas horas por Tánger, el que nos acompaña hasta las mismas puertas de Le Mirage, nos cuenta también la relación que el propietario del hotel tiene con el rey Mohamed VI. Como ya hemos relatado antes, el monarca elige las extraordinarias habitaciones del complejo para alojarse en lugar de hacerlo en su palacio. Pues según el taxista Mohamed, que conoce bien todos los rincones del hotel por haber trabajado en sus obras, explica que el propietario y el monarca no sólo son amigos: «Son como hermanos», sentencia.